El maestro de los maestros sanadores a nuestro parecer es el ahumado. El más antiguo.
Nos ayuda a anclar y asentar nuestra energía y al mismo tiempo eleva nuestras vibraciones. Por lo tanto, es el mero mero cuando de meditar se trata, porque además gracias a su vínculo con la tierra nos ayuda a arraigarnos durante la meditación y nos ayuda a alinear nuestros chakras inferiores, además facilita la transición entre los estados de la mente (alfa y beta), facilitándonos eliminar el ruido mental y conseguir una conexión mas profunda.
Nos ayuda en momentos de angustia fomentando la ecuanimidad y la resolución y nos ayuda a disolver el estrés. Promueve el pensamiento positivo.
Este maestro absorbe y neutraliza todas las vibraciones negativas y elimina y desintoxica a todos los niveles energéticos.
Alivia el miedo, ayuda a eliminar la depresión y aporta calma emocional.
Lo puedes llevar contigo largos periodos de tiempo y te ayuda a disipar la tensión.
Alivia el dolor (principalmente de abdomen, caderas y piernas), incluyendo las penas del corazón.
Esta piedra literalmente vibra, regálate un subidón de energía y conexión.